La preservación de la fertilidad en niños es un tema importante en los casos de cáncer infantil. En España se diagnostican cerca de 1.400 nuevos casos anuales de cáncer infantil desde los 0 a 18 años. El cáncer infantil está considerado como una enfermedad rara, sin embargo, es la primera causa de muerte por enfermedad hasta los 14 años. Según el Registro Nacional de Tumores Infantiles el tipo de cáncer más frecuente en los niños es la Leucemia (25%), seguido de los tumores del Sistema Nervioso Central (19,6%) y los linfomas (13,6%).
Estudios realizados indican que hasta el 30% de los varones que durante su infancia se sometieron a terapias contra el cáncer son incapaces de generar un número adecuado de espermatozoides. Por ello, la ciencia trabaja con el objetivo de poder aumentar las posibilidades de ser padres en el futuro. El gran riesgo para la fertilidad al seguir el tratamiento contra el cáncer es la irradiación total del cuerpo, y la intensa quimioterapia con agentes alquilantes que dañan de manera importante la producción de espermatozoides. Por ello es importante intentar preservar la fertilidad en niños antes de comenzar cualquier tratamiento. La dificultad estriba en que esos niños todavía no eyaculan y la obtención de los espermatozoides debe hacerse directamente del testículo, que, al no estar desarrollado todavía, tiene espermatozoides inmaduros (no completamente desarrollados).
La preservación de la fertilidad en los niños prepúberes y adolescentes fue abordada en 2015 en una revisión por un grupo de trabajo de la ESHRE (Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología). Una de las conclusiones a las que se llegó, es que es necesario un equipo multidisciplinar para el desarrollo de las estrategias del tratamiento y para el examen de las cuestiones éticas.
El informe de la ESHRE 2015 indicó que la mitad de los centros contactados en 2012 estaban ofreciendo activamente criopreservar tejido testicular para la preservación de la fertilidad de niños y adolescentes. Uno o dos años más tarde, Sabine Kleisch del Centro de Medicina Reproductiva y Andrología de la Clínica Universitaria de Múnich, declaró que la criopreservación de las células madre de espermatogonias del tejido testicular inmaduro (es decir, de espermatozoides inmaduros) sigue siendo experimental, y que todavía no hay opciones establecidas para los niños prepúberes. La necesidad de encontrar una solución es cada vez mayor, ya que la tasa de curación para estos niños es del 80-90%, a pesar de que el tratamiento es largo e intenso, y genera una toxicidad sustancial y serios efectos tardíos, como el cáncer secundario, o defectos neurocognitivos y osteonecrosis.
Hay varios enfoques experimentales para preservar la fertilidad en niños, que incluyen la propagación y el autotransplante de células madre de las espermatogonias (células precursoras de los espermatozoides), o el autotransplante de tejido testicular y la realización de la espermatogénesis in vitro, es decir, conseguir que las espermatogonias se conviertan en espermatozoides en el laboratorio. Dichas técnicas son teóricamente capaces de hacer que se vuelvan a producir espermatozoides en el paciente, pero queda por demostrar su eficiencia y seguridad.
Una encuesta, realizada en un hospital en Bruselas, a 348 niños con diagnóstico de cáncer, entre los años 2005 y 2013 encontró, que un tercio de los niños tratados no habían sido informados acerca de la preservación de la fertilidad antes de sufrir el tratamiento. Y de los que habían hablado del tema, en torno a tres cuartas partes habían aceptado el tratamiento de preservación.
Es importante proporcionar la información necesaria al paciente y familia para que puedan tomar la decisión de criopreservar, o no, con pleno conocimiento del estado actual de las técnicas y así den su consentimiento para la aplicación de las mismas, a pesar de que no está asegurado su futuro éxito reproductivo.
Dra. Rosa Cercas Duque – Embrióloga Laboratorio Fecundación In Vitro y Andrología