Mejorar la fragmentación de ADN de los espermatozoides es posible en algunos casos, aunque depende de la causa que lo produce. Se considera normal que hasta un 30% de los espermatozoides tengan su ADN fragmentado. Este porcentaje puede aumentar por factores externos o internos. Si en un eyaculado el porcentaje de fragmentación de sus espermatozoides está por encima del 30%, la muestra se considera alterada y se obtendrá una menor probabilidad de embarazo a término en el tratamiento de reproducción asistida para la que se utilice. Es importante pedir un estudio de fragmentación de ADN en espermatozoides como una prueba complementaria al estudio de fertilidad de la pareja, cuando se sospecha que pudiera estar alterada.
¿Qué es la fragmentación de ADN de los espermatozoides?
Los espermatozoides llevan, como toda célula, la información genética en forma de ADN. Este ADN puede romperse (fragmentarse) y producir problemas de fertilidad en el varón. Los espermatozoides que trasmiten su carga genética dañada, pueden producir alteraciones en los embriones y vincularse a un aumento del riesgo de abortos, no embarazos o fallos de implantación.
Factores que aumentan la fragmentación de ADN de los espermatozoides
Los hábitos de vida, juegan un importante papel en la fragmentación de ADN de los espermatozoides. Se ha publicado que el sobrepeso (BMI >25), fumar más de 10 cigarrillos al día, beber alcohol en exceso, practicar más de 2 horas de ciclismo al día o hacer deporte muy exigente pueden aumentar la fragmentación. Además, diversos estudios apuntan que, tener más de 45 años, padecer diabetes mellitus, varicocele, episodios de fiebre alta, la exposición crónica a altas temperaturas o, incluso, la contaminación del aire se asocia a un aumento de la fragmentación de ADN.
La quimioterapia y radioterapia producen alteraciones en la fragmentación del ADN de los espermatozoides, y más importante, suelen producir azoospermia (ausencia de espermatozoides en el eyaculado). Por ello es muy importante congelar semen antes de someterse a estos tratamientos.
Entre los factores internos, se encuentran los que afectan a nivel testicular, en el epidídimo o en el eyaculado. A nivel del testículo, durante la espermatogénesis (proceso de formación de los espermatozoides), el ADN en los espermatozoides está muy fuertemente empaquetado, ya que la cabeza del espermatozoide, donde se ubica el ADN, es muy pequeña. Hay ocasiones en que este proceso de empaquetamiento no funciona bien, y puede dar lugar a la fragmentación del ADN. Estos espermatozoides, con alteraciones genéticas que resultan en roturas o lesiones de ADN, son normalmente eliminados (apoptosis o muerte celular programada), y si no lo son, aumentarán el porcentaje de fragmentación de ADN espermático en semen.
En el epidídimo los espermatozoides maduran, comienzan a adquirir cierta movilidad y se almacenan hasta el momento de la eyaculación. Durante este tiempo, la maduración puede fallar y los espermatozoides fragmentar su ADN, generalmente, porque no funcionan correctamente los sistemas antioxidantes del organismo.
En el eyaculado, puede ocurrir que aumente la fragmentación, debido a que existe una gran cantidad de ROS (reactive oxygen species) o que no funcionen bien los sistemas antioxidantes. Las especies reactivas de oxígeno son moléculas muy pequeñas y reactivas, con alto poder oxidante, que dañan el ADN de los espermatozoides.
Estrategias para mejorar la fragmentación de ADN de los espermatozoides
Dependiendo de la razón por la cual la fragmentación está alterada, se puede actuar a diferentes niveles, aunque hay veces que no se sabe la razón exacta de esta alteración.
Parece lógico actuar en los hábitos de vida, dejando de fumar, beber alcohol, perdiendo peso o haciendo deporte de manera moderada.
La ingesta de antioxidantes, también mejora la fragmentación de ADN en espermatozoides cuando la causa de la misma es una alteración de los sistemas antioxidantes del organismo. Generalmente se recomienda un tiempo mínimo de tratamiento de 3 meses.
Otro mecanismo para mejorar la fragmentación de ADN es extrayendo los espermatozoides de los testículos (biopsia testicular), ya que así se evitan el trayecto y almacenamiento en el epidídimo, que en algunos varones daña los espermatozoides. Este protocolo de actuación, da buenos resultados en casos bien seleccionados, aunque debe intentar evitarse ya que es bastante invasivo y los espermatozoides que se obtienen no han pasado por el proceso de maduración que ocurre en el epidídimo.
En 2013, nuestro equipo publicó un artículo donde se conseguía mejorar la fragmentación de ADN en el 90% de los varones que la tenían por encima del 30% con una simple estrategia, disminuir los días de abstinencia a uno previo a utilizar la muestra para un tratamiento de FIV. Esta estrategia, en la mayoría de los casos, es igual de efectiva que la biopsia testicular y evita la agresividad de esta última.
Por otro lado, hay que tener en cuenta, la capacidad reparadora del ovocito. Para que esto pueda ocurrir, el ovocito debe ser de buena calidad, característica que va disminuyendo con la edad de la mujer. No se puede modificar la edad de la pareja femenina, pero, en algunos casos, utilizar ovocitos de donante puede ser una alternativa.
En URH García del Real, realizamos una historia clínica muy detallada y un diagnóstico muy pormenorizado para poder ofrecer los tratamientos más adecuados a cada pareja. Si crees que podríais tener un factor masculino que pueda ser mejorado, puedes pedir cita sin compromiso para una primera consulta gratuita o llamar al 917401690.
Dra. Isabel Pons Mallol – Jefa del Laboratorio de Fecundación in Vitro y Andrología