Los medicamentos utilizados durante inseminación artificial (IA) van destinados a conseguir una estimulación ovárica moderada y una preparación adecuada del útero a la implantación embrionaria.
Medicamentos antes de la inseminación artificial
Entre los medicamentos antes de la inseminación artificial se debe incluir el ácido fólico, que desempeña un papel importante en la función ovárica, implantación y desarrollo del embrión y tener un aporte adecuado, reduce las posibilidades de que el feto tenga un defecto en el desarrollo del tubo neural (espina bífida) o alteraciones en la formación del labio y paladar (labio leporino y fisura palatina). La dosis recomendada es 400 microgramos al día. Sin embargo, hay pacientes que no tienen un metabolismo adecuado del ácido fólico y, en estos casos, son necesarias dosis superiores de entre 5 y 7.5 mg al día, asociados a vitamina B.
La IA puede realizarse sin medicamentos de estimulación de los ovarios, especialmente cuando se trata de inseminación artificial con semen de donante, donde es frecuente que la mujer no tenga una historia de esterilidad previa por ser una mujer sin pareja masculina.
Sí se recomienda utilizar medicamentos en la inseminación artificial conyugal que estimulen los ovarios para conseguir una mayor probabilidad de embarazo. Dentro de este grupo, contamos con varios fármacos que tienen mecanismo de acción diferente:
Gonadotropinas: son hormonas que en que se producen de forma espontánea en la hipófisis y estimulan en el ovario la producción de folículos. Hay dos tipos de gonadotropinas, la FSH y la LH. Este tipo de medicamentos se administra en forma de inyección subcutánea, y la industria farmacéutica ha diseñado dispositivos en forma de pluma (similar a las plumas de insulina) para que la administración sea muy sencilla para las pacientes.
Citrato de clomifeno: es un medicamento que tiene efecto antiestrogénico y aumenta la sensibilidad del ovario a las gonadotropinas que se producen en la hipófisis. La ventaja es que se puede administrar por vía oral, pero el ajuste de dosis y la efectividad es menor que las de las gonadotropinas.
Una vez que el/los folículos han alcanzado el tamaño adecuado, utilizaremos un medicamento previo a la inseminación, que completará la maduración final de los ovocitos y hará que se produzca la ovulación alrededor de las 40 horas después de su administración. Se trata de la hCG, que es la hormona del embarazo.
Medicamentos después de la inseminación artificial
Una vez realizada la inseminación, generalmente se suele indicar a las pacientes un soporte de la fase lútea con progesterona. La progesterona es una hormona que se produce en el cuerpo lúteo (resto del folículo tras la ovulación) y tiene un efecto madurativo sobre el endometrio, lo que favorece la implantación.
Existen diferentes formas de administrar este medicamento tras una inseminación artificial, aunque la más frecuente es la progesterona vaginal. La pauta es un óvulo de 200mg de progesterona vaginal micronizada cada 24 horas, desde el día siguiente a la inseminación. En pacientes alérgicas a los frutos secos se utiliza un gel vaginal de progesterona que no lleva en su composición mantequilla de cacahuete y, en las pacientes en las que sospechamos que la absorción vaginal no es adecuada, se puede administrar la progesterona en forma de inyección subcutánea. El tratamiento con progesterona se mantiene desde la inseminación hasta la prueba de embarazo. En caso de embarazo, la administración de progesterona se puede prolongar durante unas semanas.
Dra. Sylvia Fernández-Shaw Zulueta – Directora de URH García del Real