Tras una inseminación artificial negativa, es normal plantearse la duda de cuál debe ser el siguiente paso. ¿Debemos volver a intentarlo de la misma manera?, ¿debemos cambiar la estimulación?, ¿tenemos que cambiar de tratamiento? Para decidir cuál es el planteamiento más adecuado en cada caso, es importante analizar de manera individualizada a cada paciente (la historia clínica de la pareja o la paciente, el número de ciclos de inseminación que ha realizado, la respuesta a la estimulación en los mismos y las condiciones del semen).
La tasa de embarazo de inseminación artificial conyugal (IAC) es del 15-20% por cada ciclo y del 20-25% cuando utilizamos semen de donante (IAD). Tras una inseminación artificial negativa, nuestra recomendación será diferente para cada uno de estos dos tratamientos.
En general, en una pareja que va a hacer inseminación artificial conyugal, se recomienda hacer 3 intentos para alcanzar una probabilidad de embarazo del 30-35%. Si tras tres ciclos de IAC no se ha conseguido el embarazo, la tasa de gestación con este tratamiento baja mucho y se recomienda pasar a la Fecundación in vitro.
En los casos en que realizamos inseminación artificial con semen de donante, aunque esta sea negativa, el límite de 3 intentos es más laxo, ya que muchas veces se trata de mujeres sin pareja masculina que no tienen una historia de esterilidad previa, y se pueden recomendar hasta 4 ó 6 ciclos para conseguir una probabilidad de embarazo del 55-60%.
Un factor muy importante a la hora de decidir la actitud ante una inseminación artificial negativa, es la historia clínica de la pareja. Si se trata de una pareja joven, con un tiempo de esterilidad menor de 18 meses en los que no hemos encontrado alteraciones en el estudio de fertilidad (lo que conocemos como esterilidad de origen desconocido), recomendaremos repetir el tratamiento de inseminación artificial. Si, por el contrario, la paciente tiene una baja reserva ovocitaria o la edad de la pareja es superior a 38, limitaremos más el número de tratamientos de inseminación artificial que vamos a realizar, porque el pronóstico de esta pareja va a empeorar de forma llamativa conforme pase el tiempo.
Otro hecho que hay que tener en cuenta a la hora de decidir qué hacer tras una inseminación artificial negativa es la respuesta que ha tenido la paciente durante la estimulación ovárica o el control de ovulación. En casos de mujeres sin historia de esterilidad (mujeres sin pareja), generalmente, los primeros dos intentos de IAD se hacen sin estimulación ovárica (únicamente controlando la ovulación) y si no hay embarazo, en el tercer ciclo añadiremos fármacos para inducir la ovulación e intentar el desarrollo de más de 1 folículo (pero no más de 3) para así aumentar la probabilidad de embarazo. En el caso de que hayamos estimulado la ovulación, analizaremos la respuesta que ha tenido el ovario a la medicación y, si ha respondido con un sólo folículo o la respuesta ha sido muy lenta modificaremos la dosis de medicación para obtener una respuesta mejor.
En lo referente a las condiciones del semen, la inseminación artificial está indicada en los casos en que no hay alteraciones en el seminograma o éstas alteraciones son leves, lo que llamamos factor masculino leve. Si en los sucesivos intentos de inseminación artificial negativa vemos que las condiciones del semen van empeorando, será importante valorar la necesidad de pasar a la Fecundación in Vitro.
Y cuando, tras varios intentos de inseminación artificial negativa decidimos, por un motivo u otro, que debemos cambiar de tratamiento, el siguiente paso sería la Fecundación in Vitro (FIV) donde la tasa de embarazo ronda el 40% por transferencia embrionaria, y al cabo de 3 intentos, dependiendo de la edad, entre un 50 y un 90% de las parejas consiguen embarazo.
Como conclusión podemos decir, que cuando una paciente tiene una inseminación artificial negativa en URH García del Real, el equipo de la clínica de fertilidad que ha coordinado el tratamiento, analiza de manera individualizada su caso a la hora de decidir cuál es la estrategia a seguir en próximos tratamientos.
Dra. Sylvia Fernández-Shaw Zulueta – Directora de URH García del Real