El hipotiroidismo puede afectar la fertilidad y dificultar el embarazo. El tiroides es la glándula encargada de producir y almacenar hormona tiroidea: tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Estas hormonas tienen un importante papel en la regulación del metabolismo y la contribución al normal funcionamiento de los órganos. En el ámbito de la fertilidad, interactúan con las hormonas sexuales femeninas (estrógenos y progesterona).
Hipotiroidismo y fertilidad
Cuando los niveles de hormonas tiroideas se encuentran por debajo de la normalidad, el metabolismo se enlentece, incluido el de las hormonas sexuales femeninas. Como consecuencia de esto, los niveles de FSH y LH (hormonas encargadas de la ovulación) se ven alterados, dando lugar a alteraciones en el ciclo menstrual (periodos irregulares y con poco sangrado) y en la ovulación (ausencia de ovulación). Además, el hipotiroidismo se asocia a un aumento del riesgo de aborto.
Hipotiroidismo y embarazo
Durante el embarazo, se producen cambios en la función tiroidea para adaptarse a las altas demandas materno-fetales. En condiciones normales, durante el primer trimestre, se incrementa la producción de T3 y T4. Una deficiencia grave de hormonas tiroideas puede asociarse a complicaciones obstétricas como la pérdida gestacional (desde aborto, a mortalidad fetal o perinatal), parto pretérmino, preeclampsia, desprendimiento prematuro de placenta o hemorragia postparto. Además, el hipotiroidismo materno severo no tratado, puede tener un efecto desfavorable sobre el desarrollo cerebral fetal.
Causas de hipotiroidismo
La causa más común de hipotiroidismo es una tiroiditis autoinmune (tiroiditis de Hashimoto) que genera anticuerpos que atacan a la glándula tiroidea. Otras causas pueden ser: ausencia total o parcial de tiroides por cirugías, radioterapia, fármacos como la amiodarona o el litio, dieta pobre en yodo o alteraciones congénitas.
Diagnóstico de hipotiroidismo
La concentración sanguínea de hormona estimuladora del tiroides (TSH) es el mejor indicador del funcionamiento de la glándula tiroidea. Puesto que esta hormona estimula a la glándula tiroidea, las concentraciones de TSH en la sangre son elevadas cuando la glándula tiroidea es hipoactiva (y, por lo tanto, necesita más estimulación).
En la práctica clínica se realiza un cribado con niveles de TSH a todas las mujeres embarazadas o que van a ser sometidas a tratamientos de fertilidad, ya que es una prueba sencilla y accesible. No obstante, hay falta de evidencia científica sobre la suplementación con hormonas tiroideas en pacientes asintomáticas.
Niveles de TSH < 2,5 se consideran normales, mientras que valores de TSH ≥ 4 hacen necesaria la suplementación con hormonas tiroidea. Cuando los niveles de TSH se encuentran entre 2,6-4, se debe hacer una individualización basada en la presencia de anticuerpos, historia obstétrica….
Tratamiento de hipotiroidismo
El defecto de hormonas tiroides, se suple con la administración exógena de levotiroxina (Eutirox®) en dosis creciente hasta lograr un correcto funcionamiento del metabolismo. Una vez alcanzados niveles en rango, es posible que el ciclo menstrual se reanude si había alteraciones. Si a pesar del tratamiento, no se consigue embarazo o no se reanuda con normalidad el ciclo menstrual, puede ser necesario algún tratamiento de reproducción asistida. Una vez conseguido embarazo, la mujer debe continuar un control estrecho de los niveles de hormonas tiroides.
Si tienes cualquier alteración del tiroides y tienes dudas sobre su relación con la fertilidad, en URH García del Real, te ofrecemos una consulta de forma gratuita.
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Dra. Andrea Casajuana Pérez – Ginecóloga especialista en Reproducción Asistida