Cada vez son más las mujeres que se plantean un tratamiento de Fecundacion in Vitro después de la menopausia, ya sea porque han optado por una maternidad tardía, o porque hayan tenido una menopausia precoz. Lo que antes parecía una utopía, hoy en día es una realidad gracias a la posibilidad de utilizar óvulos de donante.
Antes de nada, es importante definir una serie de conceptos. Se entiende por menopausia, la desaparición de la ovulación (y por tanto de la menstruación) por cese de la actividad ovárica. La mayoría de las pacientes llegan a esta situación en torno a los 45-50 años. Cuando la menopausia se produce antes de los 45 años, podemos hablar de una menopausia precoz.
En un tratamiento de Fecundación in Vitro (FIV) vamos a estimular la ovulación de la mujer para extraer los óvulos y, en el laboratorio, ponerlos en contacto con los espermatozoides para, posteriormente transferir embriones al interior del útero. El cese de la actividad ovárica propio de la menopausia no hará posible la realización de un ciclo de FIV con ovocitos propios, pero sí podremos realizarlo siempre que utilicemos óvulos de donante, lo que se conoce como ovodonación.
Cuando hacemos un tratamiento de Fecundación in Vitro después de la menopausia, estimularemos a la donante de óvulos para extraer sus óvulos y, posteriormente inseminarlos con los espermatozoides de la pareja (o de donante en caso de mujeres solas o cuando el semen de la pareja no pueda utilizarse). De ese modo tendremos embriones para ir transfiriendo al útero de la receptora.
Para que el embrión pueda implantarse en el útero, el endometrio tiene que tener unas características concretas (un grosor adecuado, una vascularización suficiente, un aspecto ecográfico adecuado…) que se consiguen gracias al aumento de los niveles de una hormona llamada estradiol. El estradiol, en un ciclo de Fecundación in Vitro normal, lo producen los ovarios. En pacientes menopáusicas, como su ovario no funciona, tendremos que aportar esa hormona de forma externa. Existen preparados farmacéuticos de estradiol que pueden administrarse tanto por vía oral (comprimidos) como por vía transdérmica (parches) o vía vaginal (gel).
Después de la extracción de los óvulos en un tratamiento de Fecundación in Vitro, comenzarán a aumentar los niveles de progesterona. La progesterona se producirá en parte por el ovario, pero también se suplementará farmacológicamente para garantizar niveles adecuados. En el caso de pacientes menopáusicas, todo el aporte de progesterona debe hacerse de forma externa. En la mayor parte de las pacientes la progesterona se administra en forma de comprimidos vaginales, pero también existen otras formas de administración de progesterona como el gel vaginal o por vía subcutánea.
En URH García del Real, la tasa de éxito en ovodonación es de alrededor del 60% por transferencia embrionaria, con una tasa acumulada de gestación del 90%.
Teniendo en cuenta todo esto, no habría límite de edad para poder hacer tratamientos de reproducción asistida. Sin embargo, el objetivo de un tratamiento de Fecundación in Vitro ya sea con óvulos propios o de donante, no es conseguir un embarazo a costa de lo que sea, sino tener un niño sano y que la gestación no suponga un riesgo en la salud de la madre. Conforme la edad de la mujer aumenta, las complicaciones durante la gestación (tanto para la madre como pare el feto), también lo hacen y los resultados perinatales son peores. En este sentido, las pacientes con mejor pronóstico, en una Fecundación in Vitro después de la menopausia, serán las que han tenido una menopausia precoz. Por este motivo, la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) no recomienda realizar tratamientos de reproducción asistida más allá de los 50 años, que es a la edad en la que se considera que la mayoría de las mujeres habrán llegado a la menopausia.
En URH García del Real para garantizar este propósito de tener un niño sano sin que el embarazo repercuta negativamente sobre la salud de la madre, seguimos las recomendaciones de la SEF y no realizamos tratamientos de reproducción asistida a mujeres por encima de los 50 años. Por otra parte, cuando la edad de la paciente que se va a someter a un tratamiento de FIV con óvulos de donante es superior a los 45 años, aunque no haya llegado a la menopausia, hacemos un estudio exhaustivo de su salud general, para tener la tranquilidad de que su cuerpo sigue preparado para albergar un embarazo.
Como conclusión podemos decir, que el tratamiento de Fecundación in Vitro después de la menopausia es posible, siempre que recurramos a óvulos de donante. Sin embargo hay ciertas consideraciones relacionadas con la edad de la mujer receptora y su salud general que no podemos dejar de tener en cuenta para garantizar el objetivo primordial, que es una madre y un hijo sano.
Dra. Sylvia Fernández-Shaw Zulueta – Directora de URH García del Real