La posible asociación de la transferencia de embriones congelados y preeclampsia es algo importante a tener en cuenta. El número de ciclos en los que se realizan transferencias de embriones congelados ha aumentado sustancialmente en los últimos años y las tasas de embarazo en criotransferencia han mejorado muchísimo. Hay grupos que defienden la estrategia conocida como «freeze all» que consiste en congelar, de forma sistemática, todos los embriones obtenidos en un ciclo de FIV para transferirlos en un ciclo natural posterior. Esta estrategia puede obtener ciertos beneficios, pero es importante considerar también las posibles complicaciones clínicas derivadas de la misma.
Desde hace tiempo, ciertos estudios sugerían una mayor probabilidad de preeclampsia en los embarazos obtenidos a partir de embriones congelados (criotransferencia) tras un ciclo de FIV, pero recientemente se ha publicado un estudio que documenta una clara asociación entre estas dos entidades. Se trata del mayor estudio publicado hasta el momento ya que analiza 9.417 gestaciones únicas y 6.520 gemelares obtenidas tanto con ovocitos propios como de donante.
¿Qué es la preeclampsia?
Entendemos por preeclampsia, la hipertensión que se produce durante en el embarazo, después de las 20 semanas, y que se asocia a presencia de proteínas en la orina y/o alteración del flujo sanguíneo a nivel del útero. Es una de las principales causas de morbimortalidad materna y perinatal, estimándose que podría producir entre 50.0000 y 60.000 muertes anuales en el mundo. El mecanismo por el que se produce esta patología no está del todo claro, pero parece relacionado con una alteración en la formación de la placenta y con una respuesta inflamatoria materna.
Relación estadística de embriones congelados y preeclampsia
En el estudio mencionado, se analizaron embarazos únicos y gemelares, y se encontró una mayor prevalencia de preeclampsia utilizando embriones congelados, derivados de ovocitos propios, comparado con embriones en fresco. Este mayor riesgo se documentó tanto cuando se hablaba de preeclampsia aislada como asociada a otras complicaciones (parto pretérmino, hipertensión crónica).
Estas diferencias, en el riesgo de preeclampsia con embriones congelados versus embriones en fresco, no se observaron con embriones derivados de óvulos de donante. Sin embargo, los embarazos por ovodonación, con embriones congelados o frescos, se asocian a un riesgo incrementado de preeclamsia, comparados con los embarazos de embriones propios. Esta situación está posiblemente asociada a una respuesta inmune de la receptora.
Aunque existen ciertas hipótesis, el mecanismo real por el que se observa esta asociación es aún desconocido. Parece que la vitrificación de embriones en ratones podría afectar a un factor de crecimiento a nivel vascular, lo que alteraría la capacidad del embrión para formar la placenta. Por otra parte, los niveles elevados de estradiol que se objetivan en tratamientos de reproducción asistida podrían contribuir a un mayor riesgo de preeclampsia. Sin embargo, para poder aclarar estos mecanismos, se necesitarían estudios de placentas de transferencias de embriones en fresco y congelados.
Se necesitan más estudios randomizados para confirmar la asociación del uso de embriones congelados y la preeclampsia, pero tenerla en cuenta es importante a la hora de valorar si congelar todos los embriones tras una FIV, o «freeze all», es una técnica adecuada para todos los pacientes de FIV.
Será necesario también plantear un seguimiento de la gestación más cuidadoso (con especial atención al riesgo de preeclampsia) en pacientes que han conseguido embarazo con embriones congelados, de la misma manera que se hace actualmente en pacientes embarazadas tras una ovodonación. En URH García del Real, el seguimiento del embarazo tras un tratamiento de reproducción asistida, es ofrecido por el Departamento de Ginecología y Obstetricia del Instituto de Medicina EGR .
Dra. Sylvia Fernández-Shaw Zulueta – Directora de URH García del Real